Baloncesto en Cienfuegos: el eslabón perdido (+ Audio)


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Hace mucho el baloncesto dejó de ocupar titulares en Cienfuegos. En el año 1997, con un quinto lugar, se despidió la gloria de los tabloncillos de casa y no será el VII Torneo Nacional de Ascenso (TNA) escenario del añorado regreso, menos cuando el quinteto sureño compite con más corazón que nivel en el certamen previsto como soporte de la disciplina en el país.

Comandados por Yoanne Hernández Chacón, junto a los entrenadores Raudy Sarría, Lian Abreu y Luciano Arruebarruena, los cienfuegueros debutaron el pasado fin de semana ante los siete veces campeones de Cuba, los Tigres de Ciego de Ávila. Sin novedades en el frente transcurrió el cotejo, donde los del centro sur cayeron por amplia diferencia (95-46 y 63-39) y la esperada desproporción técnica.

«Fue lo mejor, señala, en cambio, Raudy Sarría. No contamos con grandes figuras y es lógico que las cosas nos salgan mal y ya en lo adelante nos encargaremos de los ajustes necesarios para los venideros topes.

«Aquí no se hizo ni evento provincial, tomémoslo en cuenta: el profesor Yoanne llamó uno por uno a los atletas; algunos se desmotivaron, otros continuaron y con ellos conformamos la nómina de 15, cuando en realidad la preselección debe ser de unos 25, y afortunadamente nos prestaron el tabloncillo de Ciencias Médicas para los entrenamientos.

«Muchos de los muchachos vienen de la calle y les faltan elementos por aprender –insiste- Les sobran ganas, pero los defectos técnico tácticos les pasan factura. Varios asistieron antes a un TNA, mas la mayoría solo trae como antecedente las ‘piñas’ y ‘guerrillas’ de barrio y ahora nos encontramos en el nivel más alto del deporte.

«Por esas deficiencias precisan de un tiempo considerable de preparación, al menos para crear los fundamentos y las responsabilidades a la ofensiva y la defensa. Contamos con una mezcla de juventud y cierta edad, no necesariamente experiencia competitiva y tampoco la altura es la adecuada: somos, si no me equivoco, el conjunto de más baja estatura de Cuba».

La ausencia durante dos años del TNA figura entre las posibles causas para la actual situación, junto con la escasa (o casi nula) presencia de individualidades del territorio en la Liga Superior de Baloncesto (LSB). Sin embargo, la gravedad del problema supera lo antes expuesto.

«Al no efectuarse el Torneo durante dos años, el equipo fue envejeciendo y no pudimos rescatarlo por carencias de relevos, porque no tenemos atletas en la EIDE, comenta Sarría. De esa forma perdemos el eslabón más importante en la cadena de crecimiento y nos golpea año tras año: captamos buenos prospectos y al concluir el sexto grado se nos van para el voleibol, el remo… Y continúa el bache y los malos resultados en la primera categoría: sin presencia en los Escolares y Juveniles, nunca llegaremos a lo más alto de la pirámide deportiva«.

Entonces cobran vida los planes de contingencia, labrados con la expectativa de un futuro mejor:

“No participamos de forma competitiva en TNA, sino para demostrar que queda algo de vida en el baloncesto cienfueguero y definir el comienzo de un trabajo a largo plazo… Para mantener la esperanza”, comenta Sarría.

Y tampoco supongamos al Torneo Nacional de Ascenso como un medidor de peso en materia de reveses o victorias: con la manifiesta desigualdad entre sus contendientes, la justa servirá de entrenamiento a los más fuertes y experiencia a los de menos posibilidades:

“Nosotros vamos a ganar a quienes se les pueda ganar, a los más débiles, quines aún así están muy por encima de nosotros, informa Raudy Sarría. Para variar, pertenecemos a la zona del campeón nacional y el medallista de bronce… La prioridad es hacer caminar al equipo, con el ánimo de los jugadores y sus posibles desempeños en tres o cuatro años. Ahora, sigue la interrogante ¿y después qué?”.

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