Pestano, el hombre de los aplausos
2 abril, 2013 at 5:16 pm 2 comentarios
Por: Mayli Estévez Pérez
Este es un hombre imperfecto. Tiene momentos de sencillez y grandeza, de héroe y de villano. También es hombre de tiempos, en calma y revueltos. Se esconde detrás de una máscara por cuestiones de trabajo, pero prefiere no ocultarse de nada ni de nadie. Así se le puede ver yendo desde un improperio hasta una reverencia, desde una mala palabra hasta un elogio. Les decía, este es un hombre imperfecto. Es exigente consigo mismo, tanto que cuando falla un swing toma el madero y culpa a su cabeza. Se niega a sí mismo el error que acaba de cometer, no admite el fallo. Y es que el hombre imperfecto quiere ser perfecto, como todo sujeto que respete lo que hace.
Hace poco protagonizó una injusticia, que no pidió ni imaginó protagonizar. Supo de sinsabores del béisbol; él, que tanto sabor le ha dado. Supo del llanto, de los falsos amigos, de la prensa parcializada, del: ¡Silencio, de Pestano no se habla!
Muchos hicieron mutis, como exige la etiqueta, pero hubo un irrespetuoso que preguntaba una y otra vez, que como él se indignó y ahora de regreso al terreno, lo aplaude de pie. Liborio quiere dejarle claro que nunca estuvo de acuerdo. Y así se multiplican los aplausos en las gradas del «José Antonio Huelga», del «5 de Septiembre»… y seguirán.
Este hombre imperfecto no sonríe siempre, y a simple vista ni simpático parece. Y aunque trabaja de rodillas, anda muy erguido. Años de maestría en el home lo apuntalan como semidiós de la receptoría. Y un día cualquiera lo bajaron del Olimpo, el día que no debieron hacerlo. De eso sí sabe Liborio, y se hizo de historias, peleas, y hasta lo puso en un avión rumbo a la final del III Clásico Mundial en San Francisco, como remedio popular a lo que consideró ofensa. Pero no ocurrió nada y Liborio ahora, en pago a los años de entrega, le regala uno, dos, tres aplausos cuando el audio local lo anuncia, sin importar colores o equipo a seguir. Liborio sí no tiene deudas con Ariel Pestano.
Y en medio del clamor, este hombre imperfecto cerrará los ojos y con la mente pedirá a los que aplauden: ¡Perdón por no haber estado! Nunca tuve la opción.
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El Cojito Bibijagua | 2 abril, 2013 en 11:12 pm
Buenísimo… buenísimo…Honor a quien Honor merece…..Pestano fue, es y será nuestro ejemplo en el béisbol cubano….corajudo, inteligente, oportuno jugador, sencillo, buen amigo de sus amigos y una cuña atravesada para aquellos que denigran con soberbia y poca humildad el más popular del deporte cubano, los que lo negaron y los niegan deberían pedir perdón por tanta cobardía acumulada.
Un abrazo Pestano, usted seguirá jugando y defendiendo esa cubanía en nuestros corazones, bendiciones y buena vela HERMANO nuestro.
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2.
ralexdelpino | 10 abril, 2013 en 3:04 pm
Me encantó esta crónica y entiendo los motivos de la autora de redactarla, aunque en mi opinión personalísima considero que el hecho de que Pestano no fuera al Clásico con Cuba no iba a marcar mucha diferencia en el resultado final del equipo, al contrario, si es cierto que existen rencillas entre él y Victor Mesa entonces lo que iba a traer era dificultades para todo el equipo. Reitero: mi opinión muy personal
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